El insomnio ha llegado. Siempre llega. Aturde. Se levanta como un fantasma gigante cubre con su sombra lo que toca. Hiere la pupila y desgrana pequeños miedos en el pecho. Nadie lo contiene. Con él, a veces, lloraba abrazado a una gata siamés, pero ahora es diferente.
Recurro a los libros que dormitan en un librero viejo. Hoy, recurrro a una baratija de libro "la consciencia del sí", un estúpido libro que se quedó de mi pasado, que las primeras líneas de sus párrafos dice que de niño escuchaba a sus tíos decir lo mal que era fumar, mientras yo ecendía mi cigarro para estar lúcida y leer la estupidez de una historia de auto superación personal.
Nuevamente el insomnio se apodera de mi. Espanta los sueños, lo arrasa.
Finge ser breve y se establece en mis párpados. Tiene el tamaño del pasado y del futuro. Me levanto de la cama, bebo una taza de leche, y una pastilla que hará efecto demasiado tarde cuando ya no haya partida y saber que el día siguiente sigue.... este es un lunes 15 de febrero... un día después de estar una semana con mi vida, en mi espacio que fue un 14 de febrero... que ha sido parte de mis insomnios desde los días que no estoy a su lado.
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Por qué no nos invitaste a la presentación de tu libro "La conciencia de Thi"?
ResponderEliminarBonito relato
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