Estimados lectores de este blog, les pido una disculpa a nombre de los callalités que, como fue descrito certeramente por alguien, se tiraron a la hamaca.
Sin embargo, aquí estoy con la misión de no dejarlos sin su post del martes.
Entrando en el tema de la semana no me queda más que recordar una ocasión que figura entre los momentos más ñoños en la historia de su servidor.
Estaba en quinto de prepa, ya no éramos la generación más pequeña en la escuela. Había sido un buen año, tranquilo y sin novedades, hasta que un buen día vi una señorita de cuarto año, muy guapa.
Siguiendo las reglas implícitas de la amistad entre hombres, inmediatamente señalé al ángel, no es metáfora, llevaba una de esas playeras que tenían pintadas las alitas de ángel, y uno de mis amigos decidió que buscaría la forma de presentarnos.
Los siguientes 10 días pasaron tranquilos, ella se había desvanecido en un montonal de gente, y yo no estaba muy preocupado.
Llegó la mañana fatídica, en uno de los descansos que teníamos entre clase y clase, llegó un cuate:
-Sígueme
-Ok, ¿a dónde vamos?
-Tú sigueme
-Órale cuánto misterio
-Es que me dijeron que te gustaba Mayra y te la voy a presentar
-¿Qué?¿Ahorita? No mames, aguanta
Recibí un jalón de brazo y nos encontrábamos frente a la damita, vino la anunciada presentación, que fue seguida del siguiente diálogo.
-Mucho gusto
-Igual
-...
-...
-...
-...
Mierda, ¿qué le digo?, ya sé... no eso no se lo puedo contar. Bueno podría decirle que... no mames Enano, me cae que estás bien guey. ¿Y si de plano me despido y huyo cual guerrero derrotado?
Así conocí que un silenció incómodo puede hacer que menos de 10 minutos parezcan una eternidad, que si tienes las miradas de toda la escuela encima agrega una presión especial al simpe hecho de hablar con una señorita y el significado literal de "salvado por la campana".
Sin embargo, aquí estoy con la misión de no dejarlos sin su post del martes.
Entrando en el tema de la semana no me queda más que recordar una ocasión que figura entre los momentos más ñoños en la historia de su servidor.
Estaba en quinto de prepa, ya no éramos la generación más pequeña en la escuela. Había sido un buen año, tranquilo y sin novedades, hasta que un buen día vi una señorita de cuarto año, muy guapa.
Siguiendo las reglas implícitas de la amistad entre hombres, inmediatamente señalé al ángel, no es metáfora, llevaba una de esas playeras que tenían pintadas las alitas de ángel, y uno de mis amigos decidió que buscaría la forma de presentarnos.
Los siguientes 10 días pasaron tranquilos, ella se había desvanecido en un montonal de gente, y yo no estaba muy preocupado.
Llegó la mañana fatídica, en uno de los descansos que teníamos entre clase y clase, llegó un cuate:
-Sígueme
-Ok, ¿a dónde vamos?
-Tú sigueme
-Órale cuánto misterio
-Es que me dijeron que te gustaba Mayra y te la voy a presentar
-¿Qué?¿Ahorita? No mames, aguanta
Recibí un jalón de brazo y nos encontrábamos frente a la damita, vino la anunciada presentación, que fue seguida del siguiente diálogo.
-Mucho gusto
-Igual
-...
-...
-...
-...
Mierda, ¿qué le digo?, ya sé... no eso no se lo puedo contar. Bueno podría decirle que... no mames Enano, me cae que estás bien guey. ¿Y si de plano me despido y huyo cual guerrero derrotado?
Así conocí que un silenció incómodo puede hacer que menos de 10 minutos parezcan una eternidad, que si tienes las miradas de toda la escuela encima agrega una presión especial al simpe hecho de hablar con una señorita y el significado literal de "salvado por la campana".
JAJAJAJA ésa no me la sabía y hasta donde recuerdo no conocí a la susodicha, jajajajaja ya puedo imaginarte.
ResponderEliminarjajajajjajaja ¿y volviste a hablar con ella?
ResponderEliminarCreo que los peores osos son justo a esa edad.
aGRADECEMOS LA DISCULPA, LA MERECEMOS TRAS EL FIN DE AYUNO
ResponderEliminarEsos amigos que en teoría nos ayudan, nos hacen pasar varios momentos incómodos, y a la lagra divertidos de recordar. =)
ResponderEliminarJajajaaja te imagino perfecto giorgi.
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