La aventura inició años atrás, cuando comienzas a vislumbrar tus planes y crees que, cual artista de cine, tendrás más de una vida y miles de experiencias por delante, como vivir con una amiga, sola, con tu novio, etc, como si tuvieras el tiempo de probar cada una de ellas.
Por algunos momentos pensé que probablemente no lo haría; sin embargo, lo logramos y, desde hace un año, comparto techo con la famosa Oruga.
La primera sorpresa me la llevé desde el día de la mudanza, cuando llegué con todas mis cosas y -aclaro- sin conocer el interior del departamento, mi roomie ya estaba instalada con 15 personas de visita, el primer raspón a la puerta y una abolladura en la pared.
Cual extraña, me salí a comprar pintura y demás artículos necesarios mientras se instalaba la familia Telerín.
Hablamos de las reglas desde tiempo antes, ya que tuvimos dos años para ahorrar, planear e imaginar cómo sería esta etapa.
Lo que no sabíamos es que nada se asemejaría a la realidad. Las fiestas pensadas, el punto de encuentro de todo mundo, las miles de horas que compartiríamos, chismes, desayunos, risas, música, cenas cada dos días, no llegaron.
Pero sí llegaron los incidentes, como la desaparición del plato amarillo que le da vida a este post, mismo que formaba parte de una vajilla que me regaló mi madre una Navidad y que guardé como tesoro en un closet que empezó con "detallitos" para el depa y que después se me caía encima e invadía la mitad de mi recámara.
Era especial. No puedo explicarles la intensidad con la que le he preguntado qué pasó, ya saben, usando todas las técnicas posibles, la pregunta amigable, la ley del hielo, el secuestro de sus objetos valiosos, recados amenazadores, bromas, temas de pláticas.... Y aún, no tengo la respuesta.
Incluso los callalités tuvieron que soportar mi recurrencia en las comidas:
"No, ya en serio, ¿qué pasó con mi plato?, ¿creen que me lo diga?, ¿buscará otro?, ¿Y si, neta, ella no fue?, "¿habrá sido la señora de la limpieza?, NOOOO, cuando Lupita rompió algo, muy decentemente dejó una nota pidiendo que se lo descontaramos; cosa que, evidentemente, no sucedió.
Mil ideas pasaron por mi cabeza. Y un día, me resigné a perderlo por arte de mágia, SESE, se nota mi resignación ¿cierto?; pero a esto se le sumó un vaso, y otro vaso, las deudas, las pedas cuando regresas de un cierre del terror y te encuentras a todos, menos a ti, felices de la vida en tu sala; desperfectos que no tienes tiempo de arreglar; manchas que tampoco tuviste tiempo de hacer, pedazos de pared caída, tu plantita muerta, gises en el tapete...
Y no hablemos de los fines de semana que no estoy, porque entonces... aplican hasta el cenicerote... Pero eso sí, regreso y hasta trapeado está... ¿¿¿¿en domingo?????
A uno de nuestros grandes amigos, al escuchar también esta historia, se le ocurrió la grandiosa idea de secuestrar más vasos para armar tremendo lío. La Oru, muy en su papel, se súper enojó con todos por seguir hablando del tema y culpándola. El otro, ñoñazo, se arrepintió y devolvió los vasos sucios de cuba, con todo y una lata vacía al poli del edificio para que se los devolviera a su dueña. Ajáaaa.... acabaron en mis manos con un letrerito de "perdón guey... fue cagado". Yo, le dejé el paquete a la susodicha en su cama, cual mensajería.
He de reconocer que al día siguiente estaban lavados y prefierió no tocar el tema. Yo, moría de la risa, sobre todo porque visualizo perfecto al que salió hurtando algo con sonrisita de hacer la mejor broma de su vida, sé que rieron en el camino, al acostarse, ya solo en su cama; a la mañana siguiente se marcaron para festejar su gran hazaña y, si leen esto, se volverán a reír.
Yo, inmersa en mi trabajo, me convertí en una roomie ausente, que parece que va de vacaciones de vez en cuando. No la veo nunca, pero eso sí, qué bien armamos el depa Coca Cola. En estos meses decidiremos qué seguirá en nuestros destinos. Y hoy, a pesar de que le debo el postear tardíiiisimo debido a nuestra salida de ayer, en la cual prometió quedarse despierta hasta que terminara de escribrir -ya saben... el tipo de promesas que haces en momentos de euforia: "Pase lo que pase dejamos listo tu post", "Lo juro, dime el tema". Primer error. No era posible- puedo decirle que no fue como lo soñamos, pero que ha sido increíble y que sería, irreal y un gran regalo, que un día me saque de esta tremenda duda. ¿Dónde putas está el plato amarillo? Anda, hazlo por el bien común.
Por algunos momentos pensé que probablemente no lo haría; sin embargo, lo logramos y, desde hace un año, comparto techo con la famosa Oruga.
La primera sorpresa me la llevé desde el día de la mudanza, cuando llegué con todas mis cosas y -aclaro- sin conocer el interior del departamento, mi roomie ya estaba instalada con 15 personas de visita, el primer raspón a la puerta y una abolladura en la pared.
Cual extraña, me salí a comprar pintura y demás artículos necesarios mientras se instalaba la familia Telerín.
Hablamos de las reglas desde tiempo antes, ya que tuvimos dos años para ahorrar, planear e imaginar cómo sería esta etapa.
Lo que no sabíamos es que nada se asemejaría a la realidad. Las fiestas pensadas, el punto de encuentro de todo mundo, las miles de horas que compartiríamos, chismes, desayunos, risas, música, cenas cada dos días, no llegaron.
Pero sí llegaron los incidentes, como la desaparición del plato amarillo que le da vida a este post, mismo que formaba parte de una vajilla que me regaló mi madre una Navidad y que guardé como tesoro en un closet que empezó con "detallitos" para el depa y que después se me caía encima e invadía la mitad de mi recámara.
Era especial. No puedo explicarles la intensidad con la que le he preguntado qué pasó, ya saben, usando todas las técnicas posibles, la pregunta amigable, la ley del hielo, el secuestro de sus objetos valiosos, recados amenazadores, bromas, temas de pláticas.... Y aún, no tengo la respuesta.
Incluso los callalités tuvieron que soportar mi recurrencia en las comidas:
"No, ya en serio, ¿qué pasó con mi plato?, ¿creen que me lo diga?, ¿buscará otro?, ¿Y si, neta, ella no fue?, "¿habrá sido la señora de la limpieza?, NOOOO, cuando Lupita rompió algo, muy decentemente dejó una nota pidiendo que se lo descontaramos; cosa que, evidentemente, no sucedió.
Mil ideas pasaron por mi cabeza. Y un día, me resigné a perderlo por arte de mágia, SESE, se nota mi resignación ¿cierto?; pero a esto se le sumó un vaso, y otro vaso, las deudas, las pedas cuando regresas de un cierre del terror y te encuentras a todos, menos a ti, felices de la vida en tu sala; desperfectos que no tienes tiempo de arreglar; manchas que tampoco tuviste tiempo de hacer, pedazos de pared caída, tu plantita muerta, gises en el tapete...
Y no hablemos de los fines de semana que no estoy, porque entonces... aplican hasta el cenicerote... Pero eso sí, regreso y hasta trapeado está... ¿¿¿¿en domingo?????
A uno de nuestros grandes amigos, al escuchar también esta historia, se le ocurrió la grandiosa idea de secuestrar más vasos para armar tremendo lío. La Oru, muy en su papel, se súper enojó con todos por seguir hablando del tema y culpándola. El otro, ñoñazo, se arrepintió y devolvió los vasos sucios de cuba, con todo y una lata vacía al poli del edificio para que se los devolviera a su dueña. Ajáaaa.... acabaron en mis manos con un letrerito de "perdón guey... fue cagado". Yo, le dejé el paquete a la susodicha en su cama, cual mensajería.
He de reconocer que al día siguiente estaban lavados y prefierió no tocar el tema. Yo, moría de la risa, sobre todo porque visualizo perfecto al que salió hurtando algo con sonrisita de hacer la mejor broma de su vida, sé que rieron en el camino, al acostarse, ya solo en su cama; a la mañana siguiente se marcaron para festejar su gran hazaña y, si leen esto, se volverán a reír.
Yo, inmersa en mi trabajo, me convertí en una roomie ausente, que parece que va de vacaciones de vez en cuando. No la veo nunca, pero eso sí, qué bien armamos el depa Coca Cola. En estos meses decidiremos qué seguirá en nuestros destinos. Y hoy, a pesar de que le debo el postear tardíiiisimo debido a nuestra salida de ayer, en la cual prometió quedarse despierta hasta que terminara de escribrir -ya saben... el tipo de promesas que haces en momentos de euforia: "Pase lo que pase dejamos listo tu post", "Lo juro, dime el tema". Primer error. No era posible- puedo decirle que no fue como lo soñamos, pero que ha sido increíble y que sería, irreal y un gran regalo, que un día me saque de esta tremenda duda. ¿Dónde putas está el plato amarillo? Anda, hazlo por el bien común.
Sí Oruuuuu, habla ahora o calla para siempre, jajajaja...muero de la curiosidad!!!
ResponderEliminarjajajajajaj muuuuy bueno. Oru, ya pasó el tiempo, seguro Ojo espía ya lo puede superar!! jajaja
ResponderEliminarÑoñazoooooooooo!!!!!!!?????????? salé bye y sí, si me rei, pero en fin por que quien secuestro el vaso fue Xo y quien se dio cuenta al dia siguiente fui yo y moriiiiiii de terror al ver el vaso en en mi carro jajaja aunque si apoyo la mosión quiero saber que "Putas le paso al plato amarillo" jajaja, muero de risa al leer tu blog jajaja te quiero besos, cuando nos vemos?
ResponderEliminarMuñoncita, en este blog la frase se escribe "habla ahora o cállata para siempre".
ResponderEliminarComadre (Oru), creo que sería más sencillo comprar un plato cuadrado, pintarlo de amarillo y dejarlo en su lugar como si nunca se hubiera ido. Todo con tal de terminar con el interrogatorio.
jjajajajjaaa! exactamente me sigo riendo, gracias x revivir el terror del vaso! me pueden culpar de sacarlo del recinto espía.. pero jamas lo aceptare!!!! lo otro del plato se rompe el plástico? igual se quebro? o se fundio en el horno? mm no se solo apoyo a la rommie para tener opciones de respuesta! te amo Ojo espía!!! deberia tener un ojo espía en el depa Xooo
ResponderEliminarYAAAAAAAAAAAAAAAA....
ResponderEliminarVoy a conseguir otro plato amarillo... para q me dejen de culpar!!!
Estoy hartaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
jajajajaja
Oru