jueves, 4 de marzo de 2010
Kid Lampiño y el misterio del rastrillo adulterado
Manaña rica en la regadera. Lo obvio: ojitos cerrados salpicados con shampoo, carita pa'rriba, mentón levantado, agüita hirviendo, jabón espumeando a tope, una que otra burbuja volando y la pegajosísima versión de "El Sonidito" atrapada en el chiflido que siempre "agarra" mejor en la ducha. Ahhh, y el vapor...... Una completa delicia.
Estrictamente hablando, nunca he tenido un roomie, pero lo que sí sé es que compartir techo con alguien no implica que uno no pueda liberarse al amparo de un baño exquisito y personalísimo. Uno mete mano y se talla las axilas en descomunal libertad, la barriga, la entrepierna, los tobillos, el ombligo, el occipucio, en fin. Y ni hagan cara de asco o de "ay qué puercoooo". No me ando sobando ni sabroseando solo. Si no meten mano donde se debe, es que son bien marranos.
Bueno, estaba hablando de la mañana con el agüita bajando por mis cordilleras. Aún tan lampiño como Luz Clarita, en mi ritual diario me rasuro. Sí, me rasuro. Si no lo hago cada 24 horas, mis poros dejan salir una extrañísima forma de pelo que me expone ante la sociedad como un clon de Pipino Cuevas. Si mi vello fuera plátano, sería peor que dominico; si tuviera nacionalidad, sería boliviano; si fuera boobie de mujer, sería ronchita; y si fuera chocolate, más que alfajor, sería chocokrispi.
Pues bien, como se hace todo en la ducha (con un ojo cerrado y el otro abierto e irritado), extiendo el brazo y tomo mi rastrillo. En mi caso, cada 7 poros me crece un pelito penoso, pussy y sacatón. Por eso hay que degollarlo al instante. Empiezo el movimiento pa'rriba, pa'bajo, pa'rriba, pa'bajo y, después... aplico la clásica manía masculina de que, tras cada tanda, hay que revisar la navaja. ¡¡Quioooobole!!. Sobre las cuchillas... encuentro residuos extraños. Según yo, ya crecí, ya soy adulto y lo que me tocó, me tocó. Y lo que no, pues no. Jamás fui merecedor de pelito grueso en mi barbilla. Así que... ¡¿qué chingados pasó con mi rastrillo?!, ¿por qué aparecen vestigios de dudosa procedencia?, ¿son las cejas de Chewbacca?, ¿a mis 31 años he logrado por fin que me salga pelo de náufrago o de montañés?, ¿me volveré peludo rasposón?, ¿excitaré al sexo opuesto con mi nueva mejilla rugosa? Según yo siempre he sido (y seré) Kid Lampiño, pero ¿y entonces?. Se escucha el extractor del baño succionando mi incomprensión.
Doy otra repasada a mi barbilla y me encuentro con lo mismo. Oh Dios, confirmado: me estoy volviendo lobo.
Luego le meto lupa al asunto y me doy cuenta de que alguien ha usado mi rastrillo para:
a) Rasurarse la piernita
b) Meterle estilacho italiano a la línea del bikini
c) Peinar de casquete corto a la ingle
o bien
d) Podar la superficie axilar para dejarla como césped británico
También podrían ser pelitos de la nariz, pero mi experiencia me dice que 1) suelen ser más largos (porque duelen hasta el culo), y 2) eso delataría ipso facto al culpable, quien con tanta navaja aparecería con la nariz tasajeada, como Michael Jackson. No, esto parece vello del cono sur. WTF!!!!!!
Bien lo decía mi abuelo Ramón: el mejor rasurado viene de la navaja encremada de tu peluquero personal.
En fin. Ya depende cómo quiera resumirse esto que he narrado: chuladas de la vida diaria, sorpresas mañaneras, curiosidades de compartir techo o mera plurifuncionalidad de un artefacto del mundo moderno como lo es... el rastrillo.
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Los hombres robamos cosas de las mujeres, peroooooo ellas hacen lo mismo. ah cómo chingaos no....
ResponderEliminarEstupenda historia, carrillito, me has hecho la mañana. Si esta historia tuviera nombre de canción sería ABARAJAME (la bañera)
ResponderEliminarES LA 3A VEZ QUE INTENTO DEJAR EL RESPECTIVO COMENTARIO EN LA ENTRADA UNICAMENTE PARA DECIR QUE ME PUSE A ESCUCHAR EL SONIDITO MIENTRAS LEIA CON HARTAS GANAS Y RISAS ESTA ENTRADA. LO DIGO DE NUEVO... ME GUSTA MUCHO EL BLOGESICHO
ResponderEliminar"¿Excitaré al sexo opuesto con mi nueva mejilla rugosa?", jajajajajajaja, jajajajaja.
ResponderEliminarTan naco como divertido...
ResponderEliminarcheers
yo que tú mejor compro uno.
ResponderEliminarjejejeje
Que risa.
ResponderEliminarY mejor que ni se quejen los hombrecillos porque ellos hurgan y sacan cosas nuestras a veces tambien y lo hacen de la forma más impune!!!!
Desodorantes y cepillos, rastrillos de mujer y cosas peores eh? así que ni molesten. Ah pero que risa.
tsssssssss, que mal
ResponderEliminarY la respuesta es: ¿o te aclimatas o te...?
ResponderEliminarexacto, como dice el comment anterior, esa es la respuesta, jiji
ResponderEliminarKid Lampiño, tú siempre tan elegantee
ResponderEliminarjajajaja, bueeeeeeeeeno, esperemos que por lo menos la persona culpable del rastrillazo haya sido del sexo femenino, porque si no: iugh, iughhhh y requete iuuuuugggghhhhhh
ResponderEliminarjajajaja
ACABO DE VOLVERME FAN
ResponderEliminarSALUDOS
LUIS
Debo admitir que fue bueno tu post¡¡¡¡ yo también conozco los pormenores de compartir el techo con alguien y no precisamente una roomie. Sé de novios que roban la secadora de cabello a sus novias jajajjajajajja Love u
ResponderEliminarjajajaja, toooooooooooooooooooooooomala....
ResponderEliminarves? eso te pasa por andar ventaneando gente, ya saliste más embarrado tú :P
lo único que habrá que aclarar...es que no hay mujer en este mundo, que haya compartido baño con un hombre y que no haya usado (en algún momento de la vida) su rastrillo. UNA NO HAY :P
Que asco!!!!!
ResponderEliminarO
Ay que ascoooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
ResponderEliminarno no no!
yo opto por 2 opciones pare evitar situaciones asi, puede que sue el rastrillod e otra persona para mi rostro terso y suave! pero jamas para algo ams, dahj!
yo necesito 2 rastrillos por ley
uno apra mi rostro de cindy crawford
y otro para mantener mis axilas tan suaves como las de Marylin Monroe
deberias checar las navajas antes! omg!!!!
Debes aprender que no por vengarte vas a peinarte con la secadora de pelo de la Princess... y permiteme acotar que tampoco debes usar su rimel, lipstick, barniz de uñas, etc...
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