Después de haberme quejado amargamente en mi anterior post sobre los malabares que tengo que hacer para participar en este blog, ahora he cambiado de perspectiva. Estoy escribiendo estas letras una semana antes, sí, gracias al consejo de mi amado novio que no me quiere ver compungida los sábados por las tardes mientras nos visita mi cuñada y, yo con un aire grosero, estando pegada a la Mac comentando sobre el fucking domingo y tambien, por qué no decir, gracias a sus grandiosos comentarios de apoyo y soporte ja-ja.
Pues bueno la muñoncita me dijo sobre el tema, y comprando el tradicional súper de domingo pensé sobre las crudas físicas y morales.
No hablo de la cantidad crudas físicas que he tenido en mi vida, porque la neta no sé, aunque me dentengo hablar de ellas por un sólo detalle.
No es el dolor de cabeza o malestar vomitivo que se tiene cuando aparece una cruda física, pues eso se cura con un buen aguachile o vuelve a la vida en un restaurante de mariscos sinaloense, claro, acompañado de unas ricas micheladas o una deliciosa agua de cebada, ¿verdad, mi querida Princess? Sino de los madrazos que quedan en el cuerpo cuándo dices puta ¿ahora dónde me di? o ¿por qué traigo pequeños destellos morados o verdosos en...las piernas, rodillas o espalda? Ayyyy eso es lo físico que duele y que se queda marcado, afortunadamente, por una semana.
Sobre las crudas morales hay muchas variantes y depende de los osos o estadazos que haces, obvio por no decir de las repercusiones que te llevan a perder a un amigo, un ligue o ser la anécdota de tus amistades para la posteridad.
No por algo me han dado el nombre de malacopa. Las crudas morales me han llevado desde dejar de comer carne, hace 12 años, hasta pasar por el sofá de un sicólogo.
Varios de los callaelites ya han escuchado sobre cómo adopté el seminaturismo gourmet en varias ocasiones, cuando alguien no incluído en nuestros sagrados alimentos, sabe de mi curiosa manía de no comer carne... y que viene la invitable pregunta que me hace contar la historia una y otra vez, pero apelo a nuestros lectores entonces...a repetirla.
En mi etapa universitaria por tierras tapatías y tras la visita de mis papás, mi depa se convertía en un festival etílico como la Comer en su promo de Julio Regalado. En su estadía, mi señor padre me resurtía de tequilas, vodkas, boone's y ron pa' los amigos.
Durante mi etapa de tesis, donde no tenía que hacer otra cosa más que titularme, utilicé el chupe como una agüita milagrosa que al entrar a mi cuerpo hacía que mis neuronas de "investigadora" despertaran, así caí en el macabro juego de tomar sola.
Un noche cualquiera, hacía una llamada telefónica, sentada en el piso de mi cuarto a un lado de mi cama. Con gran gozo de haber adoptado el tequila al estilo jalisquillo con los tradicionales tres pasos: caballito adentro, lamer un poquitín de sal de tu mano y un cachito de limón a tu boca transcurrió así la conversación. Ni sé cuándo terminó la llamada ni la botella de tequila, pero desperté de mi profundo sueño tirada y bien acomodadita en el suelo. Ahí recapacité diciendo "verde" estaba a pocos centímetros del colchón y no me funcionó ningún sentido pa acomodarme ahí.
Desde ese momento, cual ser humano renovado me hice el propósito de dejar de tomar y fumar y fui a un centro naturista. Del lugar salí con un bonche de bolsas con hiervas, remedio pa dejar el cigarro, y una dieta de puras semillas y panela, disque pa' la desintoxicada.
A los dos días de tomar el aberrante té de hiervas contra la nicotina lo dejé, y dos meses después me retiré de la dieta tipo somalí. Pero lo que obtuve de esto fue un remedio a medias: no dejé de fumar, ya no tomé a solas, a esos niveles, y sí, dejé la carne desde hace ya más de una década.
La última de mis crudas me llevó al sicólogo. Eso fue hace unos meses, cuando conocí al amor de mi vida y que pobre, debo confesar, cómo me ha aguantado.
En pasadas reuniones, mientras literalmente estaba chupando tranquila con los amigos, me salía un demonio que tenía múltiples personalidades: desde el autodestructivo cuando juré haber tirado a "el Sol" en casa de Nano, o un diablito que se convertía en Paloma Negra cuando, después de un mal viaje, me salía en la madrugada de la casa de mi novio con rumbo al que ahora es mi comedor, y que al llegar a esas horas no deseadas a mi ex rommie le sacaba un "Jesús" de la boca.
Bueno, esos pequeños detalles de hacerla de superhéroe, manejando peda y muy en mi papel de indignada, en una cruda moral me hicieron ver que ya no furulaba. Ahí, puse un stop a mi vida y relfexioné que un loquero, de esos que nunca pensé necesitar, me podría ayudar mínimo pa' no exponerme con esos escapes de madrugada. Llevo varias sesiones y he tenido algunos otros mal viajes como cuando me encabrité por las chichis sabrosas de una amiga, que ni ella ni sus chichis tuvieron la culpa, aclaro...pero creo que ahi la llevo.
Pues bueno ya no escribo sobre otras crudas morales porque no tengo el dato si hay extensión máxima en los relatos de un post.
No finalizo con una cruda moralina mía sino con la de un buen amigo. Un día de peda manejaba su coche. Entre chupe y chupe, cantaba algunas canciones de Thalía al muy puro estilo de despechada junto a unos amigos, cuando al llegar a una avenida principal se pasó el semáforo; justo iba cruzando, con sirena prendida y llevando a un herido al hospital, una ambulancia de la Cruz Roja, a la que le pegó en una esquina y provocó que se volcara... mi amigo se dio a la fuga.
A la mañana siguiente, con GRAN cruda moral, supo lo que había hecho y lo recordó a cada momento que veía el impactante comercial que hubo de una colecta de CRM, creo que de ahí salió la idea creativa del comercial....esaaaa si es cruda moral y no chingaderas ¿no les parece?
Pues bueno la muñoncita me dijo sobre el tema, y comprando el tradicional súper de domingo pensé sobre las crudas físicas y morales.
No hablo de la cantidad crudas físicas que he tenido en mi vida, porque la neta no sé, aunque me dentengo hablar de ellas por un sólo detalle.
No es el dolor de cabeza o malestar vomitivo que se tiene cuando aparece una cruda física, pues eso se cura con un buen aguachile o vuelve a la vida en un restaurante de mariscos sinaloense, claro, acompañado de unas ricas micheladas o una deliciosa agua de cebada, ¿verdad, mi querida Princess? Sino de los madrazos que quedan en el cuerpo cuándo dices puta ¿ahora dónde me di? o ¿por qué traigo pequeños destellos morados o verdosos en...las piernas, rodillas o espalda? Ayyyy eso es lo físico que duele y que se queda marcado, afortunadamente, por una semana.
Sobre las crudas morales hay muchas variantes y depende de los osos o estadazos que haces, obvio por no decir de las repercusiones que te llevan a perder a un amigo, un ligue o ser la anécdota de tus amistades para la posteridad.
No por algo me han dado el nombre de malacopa. Las crudas morales me han llevado desde dejar de comer carne, hace 12 años, hasta pasar por el sofá de un sicólogo.
Varios de los callaelites ya han escuchado sobre cómo adopté el seminaturismo gourmet en varias ocasiones, cuando alguien no incluído en nuestros sagrados alimentos, sabe de mi curiosa manía de no comer carne... y que viene la invitable pregunta que me hace contar la historia una y otra vez, pero apelo a nuestros lectores entonces...a repetirla.
En mi etapa universitaria por tierras tapatías y tras la visita de mis papás, mi depa se convertía en un festival etílico como la Comer en su promo de Julio Regalado. En su estadía, mi señor padre me resurtía de tequilas, vodkas, boone's y ron pa' los amigos.
Durante mi etapa de tesis, donde no tenía que hacer otra cosa más que titularme, utilicé el chupe como una agüita milagrosa que al entrar a mi cuerpo hacía que mis neuronas de "investigadora" despertaran, así caí en el macabro juego de tomar sola.
Un noche cualquiera, hacía una llamada telefónica, sentada en el piso de mi cuarto a un lado de mi cama. Con gran gozo de haber adoptado el tequila al estilo jalisquillo con los tradicionales tres pasos: caballito adentro, lamer un poquitín de sal de tu mano y un cachito de limón a tu boca transcurrió así la conversación. Ni sé cuándo terminó la llamada ni la botella de tequila, pero desperté de mi profundo sueño tirada y bien acomodadita en el suelo. Ahí recapacité diciendo "verde" estaba a pocos centímetros del colchón y no me funcionó ningún sentido pa acomodarme ahí.
Desde ese momento, cual ser humano renovado me hice el propósito de dejar de tomar y fumar y fui a un centro naturista. Del lugar salí con un bonche de bolsas con hiervas, remedio pa dejar el cigarro, y una dieta de puras semillas y panela, disque pa' la desintoxicada.
A los dos días de tomar el aberrante té de hiervas contra la nicotina lo dejé, y dos meses después me retiré de la dieta tipo somalí. Pero lo que obtuve de esto fue un remedio a medias: no dejé de fumar, ya no tomé a solas, a esos niveles, y sí, dejé la carne desde hace ya más de una década.
La última de mis crudas me llevó al sicólogo. Eso fue hace unos meses, cuando conocí al amor de mi vida y que pobre, debo confesar, cómo me ha aguantado.
En pasadas reuniones, mientras literalmente estaba chupando tranquila con los amigos, me salía un demonio que tenía múltiples personalidades: desde el autodestructivo cuando juré haber tirado a "el Sol" en casa de Nano, o un diablito que se convertía en Paloma Negra cuando, después de un mal viaje, me salía en la madrugada de la casa de mi novio con rumbo al que ahora es mi comedor, y que al llegar a esas horas no deseadas a mi ex rommie le sacaba un "Jesús" de la boca.
Bueno, esos pequeños detalles de hacerla de superhéroe, manejando peda y muy en mi papel de indignada, en una cruda moral me hicieron ver que ya no furulaba. Ahí, puse un stop a mi vida y relfexioné que un loquero, de esos que nunca pensé necesitar, me podría ayudar mínimo pa' no exponerme con esos escapes de madrugada. Llevo varias sesiones y he tenido algunos otros mal viajes como cuando me encabrité por las chichis sabrosas de una amiga, que ni ella ni sus chichis tuvieron la culpa, aclaro...pero creo que ahi la llevo.
Pues bueno ya no escribo sobre otras crudas morales porque no tengo el dato si hay extensión máxima en los relatos de un post.
No finalizo con una cruda moralina mía sino con la de un buen amigo. Un día de peda manejaba su coche. Entre chupe y chupe, cantaba algunas canciones de Thalía al muy puro estilo de despechada junto a unos amigos, cuando al llegar a una avenida principal se pasó el semáforo; justo iba cruzando, con sirena prendida y llevando a un herido al hospital, una ambulancia de la Cruz Roja, a la que le pegó en una esquina y provocó que se volcara... mi amigo se dio a la fuga.
A la mañana siguiente, con GRAN cruda moral, supo lo que había hecho y lo recordó a cada momento que veía el impactante comercial que hubo de una colecta de CRM, creo que de ahí salió la idea creativa del comercial....esaaaa si es cruda moral y no chingaderas ¿no les parece?
Excelente post, Thi, cada vez mejores. Sabía que no me podías fallar en el tema, pues conozco varias de esas anécdotas y crudas curadas con cebada, como tú dices. Gracias a ti conocí ese restaurante proveniente de nuestra tierra y que me devolvió el alma al cuerpo aquel día, cuando amanecí perfecta y tras un trago de agua todo el mundo se me movió; causa?? el alcohol estaba adulterado, jamás fue por nuestro estilacho al beber jajajaj
ResponderEliminarExtraño esas crudas con mi roomie y mucho más. Te quieroooooooooo
No, bueno, cuando hablas de cómo te han aguantado, uno podría pensar que eres una cosa espeluznante. Dos consejos: bájale al látigo a ti misma y sigue escribiendo.
ResponderEliminar¿Así que tú fuiste parte del complot de mi lámpara en el piso? (para quienes no lo saben la lámpara de mi comedor se convirtió en "el sol") jajajajaja la verdad ha habido MUCHAS, pero muchas fiestas en mi casa y hasta ese día las lámparas se habían salvado jajajajaja. Creo que la única peor que me ha pasado fue el día que a las 3 de la madrugada sentí que "alguien" me estaba viendo y efectivamente: un exalumno, amigo de mi hija, estaba en mi recámara (mientras yo dormía) por que quería contarme sus penas de amor ¡susto que me pegó el desgraciado!
ResponderEliminarGraciassssss Nanooooo por mi etiqueta!!!! a mi sí me pareció desde el inicio una michelada!, eres un diseñador natoooo
ResponderEliminarjajajajaja Adri te juro que no tuve nada que ver con el Sol!!!! Qué buenas fiestas se han hecho en tu casa, eres una excelente anfitriona un besote a la alias "la jefa"!!!!
ResponderEliminarUpps! ya leí bien y quien haya sido no se apure, al día siguiente Nano le hizo de electricista jajajaja y lo sensacional fue que ¡el foco no se fundió! jajajajajaja ¡cuántas cosas no guardan las paredes de esta casa! =) espero que para ustedes también buenos recuerdos. Y si lo piensan la realidad es que la pasan bien porque "la jefa" o sea yo merita
ResponderEliminarprepara suficiente comida, (por lo menos eso espero)caliento... y me retiro a dormir. La diversión corre por su cuenta. Si se me vuelve a ir otra =) perdónenme: ya saben que tengo los cables cruzados.