domingo, 14 de marzo de 2010

Yo, ¿cleptómana?


Y empieza así la historia, mi primer robo: en primaria. Vestida con un uniforme horrible, blusa amarillo plátano y falda café como ca..fé, esperaba que dieran las 9:30 para que tocaran "la campana", o sea un pinche timbre para salir al recreo.

Estaba en tercer año, desde ese momento planeaba cómo sería mi primer atraco. Emocionada, esperaba a que todos los morritos se amontaran en aquellas tres mesitas de madera, en las cuales ponían la debidilidad de cualquier niño: una gran cantidad de dulces.

Atrás, buscando el momento perfecto, cual víbora sigilosa mi brazo se movió en los recovecos que hacía la multitud llegando hasta la meta; agarré no sólo un dulce como señal de triunfo sino todo lo que en la mano cupo, así surgió la rata de dos patas que llevo dentro, por cierto, hubo más ocasiones de esas, pero ya con las dos manos.

Pero ese era un hurto infantil, algo que al pasar el tiempo, específicamente a la edad de “niña puberta”, dejó de satisfacer mi necesidad de “aventura”. Pasé a pillajes más elaborados, los llamados robo hormiga. De esos como cuando iba a La Ley, osea un Chedraui o Comercial Mexicana de aquí, en los que llegaba al área de cosméticos para tomar un brillo de labios y, como Criss Angel o David Copperfield los desaparecía de mis manos hasta que salía con ellos.

Regresaba a casa feliz y con la adrenalina hasta arriba, tengo que confesar que nunca he sido una ratera reprimida, siempre estuve “orgullosa” de hacerlo pues les contaba a mis grandes hazañas a mis papás; no les tengo que decir qué cagadas me ponían y los sermones que me daban.

Un nuevo reto fue cuando desde el más allá llegaron las tan temidas puertas con sensor magnético, con las cuales supe que algunos dedicados a la profesión hormiga ya no saqueaban.

Pero desafié ese descubrimiento tecnológico cuando al atravesar la puerta de salida cerraba los ojos esperando la alarma, la cual nunca se encendió...ya sé, tuve mucha suerte de que en esos momentos estaban puestos los sensores como pura pantalla.
Esto de haber sido usurpadora no era una constante, incluso no tengo mucha memoria por qué inició, pero de lo que estoy consciente es que me divertía de lo lindo.

Dejó de encantarme cuando, ya rebasada por un par de años mi mayoría de edad, me puse en la fila de un oxxo para pagar; al momento de llegar a la caja tomé un snickers, lo abrí, y enfrente del cajero me lo empecé a comer. Muy en mi papel de ratera confrontativa quise que se diera cuenta, pero no sucedió, con una sensación de tristeza salí del lugar por haber sido exitosa en mi pillaje.

En la actualidad ya soy una ratera jubilada, quisa más cuando en algún momento me dijeron, ¿eso es lo que le vas a enseñar a tus hijo?, destrás de esa pregunta se quedaron todos esos años de profesión, y resignada de no haber sido cachada, porque en el fondo eso quería, me retiré.

Pero pa' que no me tachen de ladrona y me vean como bicho raro, les regalo como aservo cultural que no sólo existe la canción de “rata de dos patas” de nuestra querida Paquita la del Barrio, sino también la Luz Casal se aplicó y grabó una canción O-C-H-E-N-T-A-S de H-O-R-R-I-B-L-E, pero bueno describe bien lo que se siente en esto de la ratería.

Cleptómana/Luz Casal

En la tienda a las tres,
tengo cita otra vez
noto que crece mi excitación
..... entraré con discreción.....

Hoy me siento feliz
nadie debe saber donde es, lo que es
mi secreto especial
mi cita semanal.

Actuaré con decisión
llevo mi mejor visón
no me puedo repetir
debo saber elegir.

Con certificado de
Buena conducta.

Nadie puede sospechar
mi gran placer
mi debilidad semanal.

(!Que cosa tan brillante,
será mía en un instante,
!ya es mía, vigilante!).

No me pueden reprimir
no me quiero corregir
actuaré con decisión
en la próxima ocasión.

Nadie debe sospechar
mi gran placer
mi debilidad semanal.

4 comentarios:

  1. jajajajaj buenisimo Thi love ya!!!

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  2. Te paxas con esas debilidades... Muy buena jubilación =)

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  3. Iba bien el post hasta que llegué a la canción. Pero no te preocupes, nuestro termómetro de rareza, el Dr. El Wuero, nos brindará la calificación con una nueva cara al leer este escrito.

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  4. Déjame ser exigente: en este post esperaba más de ud.

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