Ella me ha pedido 40 veces que no salpique el espejo cuando me lavo las manos. De esas, sólo en 20 he hecho caso.
Ella me ha implorado en 40 ocasiones que apague las luces del pasillo, pero en 20 mi cola ha estado muy larga.
Ella me ha solicitado 40 veces que ponga seguro a la puerta y sólo en 20 lo he cumplido (un día de plano dejé la puerta sin cerrojo, pero los ladrones, por fortuna, estaban pajareando).
Ella me ha dicho 40 veces que desayune, y sólo en 20 mañanas habré ingerido alimento.
Ella me ha instado 40 veces a que coloque las gomas debajo de las puertas para evitar que con el viento se azoten, y en una veintena de ocasiones se ha escuchado el trancazo gracias a mi valemadrismo.
Ella me ha pedido en 40 momentos que deje de usar Internet en las noches y seguro en al menos 20 me he quedado de metiche en la red.
Ella me ha solicitado en 40 ocasiones, y de la manera más atenta, que desconecte los aparatos eléctricos una vez que deje de utilizarlos, y sólo en 20 he sido responsable.
Lo sé. Bien sé que no he cumplido con un sinnúmero de procedimientos que propicien el buen vivir y el modo sano de convivencia en pareja, pero lo que sí sé es que... de una relación a la que ambos le apostamos 20 de inicio, hemos sacado 40.
Ella me ha implorado en 40 ocasiones que apague las luces del pasillo, pero en 20 mi cola ha estado muy larga.
Ella me ha solicitado 40 veces que ponga seguro a la puerta y sólo en 20 lo he cumplido (un día de plano dejé la puerta sin cerrojo, pero los ladrones, por fortuna, estaban pajareando).
Ella me ha dicho 40 veces que desayune, y sólo en 20 mañanas habré ingerido alimento.
Ella me ha instado 40 veces a que coloque las gomas debajo de las puertas para evitar que con el viento se azoten, y en una veintena de ocasiones se ha escuchado el trancazo gracias a mi valemadrismo.
Ella me ha pedido en 40 momentos que deje de usar Internet en las noches y seguro en al menos 20 me he quedado de metiche en la red.
Ella me ha solicitado en 40 ocasiones, y de la manera más atenta, que desconecte los aparatos eléctricos una vez que deje de utilizarlos, y sólo en 20 he sido responsable.
Lo sé. Bien sé que no he cumplido con un sinnúmero de procedimientos que propicien el buen vivir y el modo sano de convivencia en pareja, pero lo que sí sé es que... de una relación a la que ambos le apostamos 20 de inicio, hemos sacado 40.
De cada 20 besos presupuestados, nos hemos dado 40. De 20 momentos cachubis y arrumacos que la gente tiene normalmente, nos hemos puesto fogosos y caldufos en 40. De 20 temas que abordaría una pareja apenas a los 5 meses de romance, ya hemos tocado 40. Incluso, de 20 momentos que uno podría proyectar para las fastuosas carcajadas y el llanto profundo, hemos gozado y padecido el doble.
Hoy, que estoy más cercano a mis 40 que a mis 20, no he entendido que debo cerrar las ventanas, pero sí he aprendido a abrir el alma.
Y eso, estando con esta princesa, me sabe mejor. Me hace pensar que... he salido ganando.
Hoy, que estoy más cercano a mis 40 que a mis 20, no he entendido que debo cerrar las ventanas, pero sí he aprendido a abrir el alma.
Y eso, estando con esta princesa, me sabe mejor. Me hace pensar que... he salido ganando.
O sea que puede detrminarse que la ganga ha valido la pena. Se oye feliz el autor del post, qué padre
ResponderEliminarLa razón de ser de las relaciones amorosas, mientras no sea un caldo de vacilo, es ser felices y para ello sacar más de lo "presupuestado" como atinadamente dijiste. Los errores y manías son parte de la aventura, los aprendizajes tambien igual que los procedimientos para llegar a un fin en común. Un día las puertas y los cerrojos dejan de ser importantes, un día los detallitos comunes dejan de ser relevantes y, entonces sí, uno se da cuenta que está con la pareja que vale la pena. Lo cotifdiano cuenta mucho pero lo esencial es la clave de todo, del éxito y del fracaso en el amor. Así aprendí yo. Desgraciadamente me he topado con hombres a los que les aposté 40 y obtuve 20, caso contrario al tuyo. Enhorabuena y a seguir sembrando resbalones y amor.
ResponderEliminar¡Hace años que no escuchaba (leía) eso de tener la cola larga! mi madre lo utilizaba unas 40 veces a lo largo de un día (fuimos 9 hijos).
ResponderEliminar¡Felicidades! por estar obteniendo más de lo que pensaste. Coincido con Majo, un día las puertas y cerrojos ya no importan, pero difiero en la causa.
a) Te das cuenta que por más que lo repitas no sucederá, o bien
b) Te das cuenta que la persona vale mucho más que esas tarugadas y que la salud y el crecimiento de la relación está en ceder.
Bien lo dices, apostamos 20 y hemos obtenido más de 40.
ResponderEliminarHoy puedo decir que el no cerrar las ventanas, dejar la computadora prendida (como hoy), salpicar el lavamanos y el espejo, no compartir tus postres conmigo, levantarte primero que yo en las mañanas y, por ende, despertarme... todo eso son pequeñeces a comparación de lo feliz que me haces y los grandes y gratos momentos que vivimos juntos.
Gracias por ser parte de mi vida, especialmente hoy.
primera historia de romance romance en Cállata
ResponderEliminarBuen post, pero mejor el que la princess haya dejado en claro que, una vez más, hoy dejó algo prendido. jiji
ResponderEliminarFelicidades por tener una historia a mil por hora, que los hace, cada vez más, sembrar algo más fuerte.
ResponderEliminarSaliste ganando, salieron ganando, como dirían por ahì: ambos 2. Y me da mucho gusto.
ResponderEliminarY pensar que fue un tema animado por un encuentro diferente. Felicidades mi buen Luis te ganaste a tu princesa.
ResponderEliminar¿Quién decía que los cuentos de hadas no existen, verdad que sí? Felicidades!!!!
ResponderEliminarfoto, footo, fooooto!
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