Más que una fiesta

Podría decir que prácticamente cualquier cosa llega a ser algo especial como consecuencia de los detalles, esas cosas que parecen pequeñas, pero que al final del día hacen algo extraordinario.

En el particular caso de la Inphiesta 2010, podría enlistarlos muy al estilo de Chanfle II (que por cierto iba disfrazado como si Danza con lobos se hubiera vuelto hippie), pero es una fórmula que sólo le sale bien a dicho personaje.

Les puedo platicar que uno de esos detalles fue ver al mismísimo Inphi feliz con toda la bola de idiotas pseudodisfrazados.

A la fecha no me puedo imaginar lo que se siente cumplir x años y verte como de la mitad, basta con decir que al anfitrión de la fiesta, que ya tiene rato en el tercer piso, le siguen pidiendo identificación en los antros, todo como consecuencia de su cara de bebe (por eso es babyface).

Ver al buen Gonzalo, de quién también fue cumpleaños ayer, gozando y preguntándose por qué no fue fotógrafo mientras agarró a un selecto grupo de chicas hippiosas para hacer su propio shooting.

Mi jefe (o ex jefe... ya ni sé), entre preocupado, molesto y cansado, pero disfrutando su último fin de semana de soltería.

El queridísimo Luis, con una peluca que pondría celoso a cualquiera de los integrantes de Jackson Five.

La princess, mi Tim, se puso las pilas junto con el festejado para eso de la decoración, pintaron florecitas de unicel, que pegaron por doquier para ambientar el lugar. Si me preguntan yo hubiera quitado la lámpara roja con forma de supositorio.

Muñoncita y Chrix, que aunque se acaban de mudar, no podían perderse el magno evento. Muñoncita falló con el disfraz... Chrix lo solucionó, a 5 minutos de llegar a la fiesta, desmantelando los disfraces de los presentes hasta verse como una versión hippie de Laura León.

Sería una descortesía pasar por alto a Ojo Espía, que por un momento dudo que su atuendo fuera más de gypsy que de hippie, y a La Thi, que iba muy coordinada con Gonzalo.

Y Toño... perdón ¿y Toño? No era difícil imaginar que encontraría un mejor plan y nos abandonaría.

Para ser un poco autocrítico, debo aceptar la precisa descripción que hizo Inphi acerca de mi disfraz, lo describió certeramente como que parecía representante de la delegación de Surinam en los olímpicos.

Y sí, no sólo portaba una vestimenta digna de dicho "equipo", sino que al igual que ese solitario individuo que representa una nación completa, estaba contento por el simple hecho de desfilar en la inauguración, con la sospecha, casi certeza de que no llegaría al final.

Aprovecho el espacio para enviar una cordial felicitación al cumpleÑero, y sugerir que para años futuros, si lo que buscas es que tu fiesta sea acorde a la edad que deja ver tu rostro... yo compro la piñata.