No hay persona más bluffera o que le encante llamar la atención que a mi buen amigo, "El Duque de Tepoztlán".
Debo de reconocer que tiene un carisma impresionante, el cual sabe aprovechar, ochentas y miles.
Mi primer acercamiento hacia ese mundo bluffero fue en el día que entré a trabajar, el protagonista en cuestión me recibió con su pelaxo estilo Cox (qué tal, hasta rima), su sonrisa característica y un "bienvenido" con la manita estirada cual princesa de Disney. Eso si, la sonrisa fue antes de barrerme totalmente.
Para sus pulgas, ese día yo llegué vestido con el mismo traje y los mismos zapatos, seguro le cayó como un balde de agua F-R-Í-A.
Cómo olvidar todos los días, camino al trabajo, las llamadas por radio en las que nos contábamos nuestras aventuras... obvio el hablaba más que yo. Y cuando me tocaba contarle las mías me decía: Se va a cortar voy a entrar al estacionamiento en mi súper BMW o Mercedez, jaja.
Por si esto no fuera poco, en las comidas me las tenía que volver a chutar porque se las pláticaba a los callalités.
Comidas, idas al antro y pláticas que aunque no estuviera presente y no fueran de él, las volvía suyas con su tradicional es que YO-YO-YO.
La ahora "Duquesa de Tepoznievex" continúa bluffeando por el mundo. POBRES CANADIENSES!!!, JAJAAA
Love u amigo
Ya ser el tema de un post merece una visita a nuestro blog, Duque regresa a ser nuestro lector... Te extrañamos.
ResponderEliminarSi le dedicamos un espacio a Beatriz Alfaro, por qué no dedicárselo al mismísimo Duque de Tepoz, quien, por cierto, nos tiene más que abandonados por estas tierras bloggeras.
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