Lo dicho: odio el cigarro.
Sin embargo, debo admitir que hace algunos años, cuando vi The Graduate (tachada como la sexta mejor película de la historia), se me quedaron almacenadas en la cabeza las imágenes y poses mamucas de doña (me pongo de pie) Anne Bancroft, sosteniendo un cigarrillo y haciéndole insinuaciones jariosas al entonces chavito Dustin Hoffman.
Es simple: no a todas las mujeres se les da eso de agarrar el cigarro y seducir con la mismísima fumada. Incluso hay un arte implícito en el modo de echar el humo, de subir la cabeza y de expresar eso que se denomina "cachondez". Al respecto, Bancroft, mejor conocida por Mrs. Robinson, era una maestra.
The Graduate es de 1967 y el entonces personaje de Bancroft la sugería como una sexy cuarentona casi cincuentona, aun cuando en la realidad apenas contaba con 36 años. Al respecto, se ha mencionado en varios medios que sin el cigarro atrapado en los labios de Mrs. Robinson, el filme habría tenido considerablemente menos éxito. La moral era inversamente proporcional a la nicotina.
Ya anciana, Bancroft participó en Great Expectations en 1997 como Mrs. Dinsmoor, una vieja loca que hacía de Paradiso Perdutto su lugar de vida y su lecho de muerte. También ahí usó el cigarrillo y el mundo pudo comprobar que el toque no se había perdido.
Se pueden terminar los cigarros, incluso los latidos, pero la elegancia y el porte permanecen.
Alabada sea Mrs. Robinson.
Sin embargo, debo admitir que hace algunos años, cuando vi The Graduate (tachada como la sexta mejor película de la historia), se me quedaron almacenadas en la cabeza las imágenes y poses mamucas de doña (me pongo de pie) Anne Bancroft, sosteniendo un cigarrillo y haciéndole insinuaciones jariosas al entonces chavito Dustin Hoffman.
Es simple: no a todas las mujeres se les da eso de agarrar el cigarro y seducir con la mismísima fumada. Incluso hay un arte implícito en el modo de echar el humo, de subir la cabeza y de expresar eso que se denomina "cachondez". Al respecto, Bancroft, mejor conocida por Mrs. Robinson, era una maestra.
The Graduate es de 1967 y el entonces personaje de Bancroft la sugería como una sexy cuarentona casi cincuentona, aun cuando en la realidad apenas contaba con 36 años. Al respecto, se ha mencionado en varios medios que sin el cigarro atrapado en los labios de Mrs. Robinson, el filme habría tenido considerablemente menos éxito. La moral era inversamente proporcional a la nicotina.
Ya anciana, Bancroft participó en Great Expectations en 1997 como Mrs. Dinsmoor, una vieja loca que hacía de Paradiso Perdutto su lugar de vida y su lecho de muerte. También ahí usó el cigarrillo y el mundo pudo comprobar que el toque no se había perdido.
Se pueden terminar los cigarros, incluso los latidos, pero la elegancia y el porte permanecen.
Alabada sea Mrs. Robinson.
Bien, bien...
ResponderEliminaradmiro tu afición por el cine (ya no es raro en tí) pero reclamo porque has tardado mucho en subir el relato del jueves y supuse que sería una fcha chorreada. Bine y mal... Inphidelio.
And here's to youuuuuuuuuu Miss Robinson....
ResponderEliminarCreo que esa hace falta en mi colección de DVD's...
ResponderEliminarAnne Bancroft estaba en su mero mole en el graduado y yo no hubiera tenido problema en sustuiir al imbecil de Hoffman para echarme un tirón con "la doña". Esa sí era la doña.
ResponderEliminarporqué ha de ser que conozco varios hombrecillos que fantasean con ñoras?
ResponderEliminarashhhhhh :(
Solo vi el Grduado en teatro con Margarita Gralia: ¿le llega?
ResponderEliminarYo conozco a otra Mrs. Robinson ¿cierto Nano? jajajajajaja Callalités ¿quieren saber? pregúntenle.
ResponderEliminar¿Osea que hay una historia siniestra en uno de los miembros bloggers? QUE COMIENCEN LOS DETALLES, ADRIANA!!!!!
ResponderEliminarEstoy en el mismo caso que ANDREA, no vi la película así que no puedo opinar sobre esa pose, pero completamente de acuerdo con el último renglón.
ResponderEliminarJanne ¡no te la pierdas! realmente es una joya y la música a mi me parece un lujo.
ResponderEliminarAndrea: Margarita Gralia tiene una sensualidad y bellleza muy especial, Anne Bancroft además de la sensualidad, tiene un dejo de ¿maldad? ¿aprovechada? la verdad no sé cómo definirlo. Yo no vi la obra de teatro, pero me hubiera encantado.
Me faltó: Erika, desde este extremo de la vida puedo decirte que hay muchas señoras, más de las que se pueden imaginar, que fantasean con jovencitos. Conozco a un par que van a sitios de jóvenes ¡a la caza! y generalmente lo consiguen. Creo entender el por qué... pero eso será parte de otro comentario.
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