Mientras escucho esta gran rola de Cat Stevens reflexiono:
No estaban mis papás y...
Cada diciembre recibía una postal de navidad, que a los tres años la leía sin balbucear:
"Mi pepocha linda, espero que estés muy bien. Quiero que le hagas caso a tu abuela y que te cuides mucho de los coches que no te vayan a morder y de los perros que no te vayan a atropellar. Cuida mucho de tu hermano, ya falta poco para volver a estar contigo. Te quiere mucho, tu mamá Sonia".
En efecto, no sabía leer a esa edad por eso lo de que me atropellaran perros, pero como todas las postales que recibía de mis padres, en especial de mi madre, decían lo mismo, las tomaba y "las leía" sin problemas y sin comprensión.
No estaban mis papás y...
Todos los domingos, después de haber visto "En familia con Chabelo", salía disparada a la cocina de mi abuela. Al llegar, me acomodaba en mi sillita, esperando que sonara el teléfono para escuchar la voz de mi papá, quien platicaba conmigo por dos o tres minutos.
Era el tiempo suficiente, en toda la semana, para sentirlo cerca y saber que me quería, pues recuerdo que lo repetía incansablemente. Pero si llegaba un domingo, me acomodada en mi sillita esperando su llamada, y el teléfono no timbraba, también era el tiempo suficiente para sentir que mi padre ya se había olvidado de mi.
Cuando tenía casi cinco años regresaron a México, después de estudiar en Alemania; en ese momento, empecé a ser hija, así como ellos a tener su rol de padres.
Pero sólo fueron 12 años los que viví a su lado, pues a los 16 fui yo la que partí.
En esta era de independencia, no están mis papás y...
He aprendido a no darle dinero a personas que, en un alto de la Cd. de México en la madrugada, te dicen que se quedaron sin gasolina, cuando la cruda realidad es que es una mentira y una estafa pues así se ganan la vida.
Me he conscientizado de que no debo ponerme al tú por tú con un tipo que se acerca a mi coché y quiere robármelo amenazándome con una navaja o arma "simulada" bajo su ropa, como lo hice en mi etapa universitaria en Guadalajara.
También, ahora que no están mis papás...
Sé que tengo una gran vida gracias a su apoyo y sacrificio, la frase "no están mis papás", más que un recuerdo de travesuras ha sido sinónimo de aprendizaje.
Y en esta tarde que tampoco están... sólo sé que los extraño.
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¿Leyeron bien?
ResponderEliminarCuando quieras... aquí merito están mis brazos, siempre ávidos de abrazos.
Adri,
ResponderEliminarMuchisimas gracias, al igual que mis padres, eres un gran mujer, amiga y madre...sin duda eres "La Jefa", en toda la expresión de la palabra, te mando un abrazo muy fuerte.
Espero que también hayas aprendido ya que no es bueno ir al cajero automático a las 3 de la mañana, que si te piden un cigarro en la calle, sobre todo un tipo con aspecto de vagabundo, es mejor dárselo; que ir a la tintorería a las 8 de la mañana es un un pretexto baratísimo, ninguna abre a esa hora...
ResponderEliminarVas aprendiendo bien, vas aprendiendo
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